miércoles, 24 de mayo de 2017

Devaluación

Devaluación
Triste la hora de la espera en que me capturaron tus sueños y sembraron la incertidumbre de un querer apasionado. Mientras esperaba que mi cuerpo absorbiese una espina todavía presente, me confesaste un deseo que acaso no quisieras que cumpla. Y es notable la dicha de dar lo deseado y terrible la sensación de ya no tener más nada que dar. Y por más que intente que dudes de que estoy dispuesto a entregarte lo que un vapor deseoso perdido en las nubes me señale, sospecho que vos ya lo habías percibido como una verdad de mis caricias, las que ahora (por eso mismo) quizás no valgan tanto...
 

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