domingo, 24 de abril de 2022

¿Por qué escribir poesía?

Por qué escribir poesía

Por qué subrayar las líneas principales

de un fracaso inédito.

 

Amante un niño en el ocaso

de la figura transmutada en letras.

Su piel golpeada por la arena

sus movimientos de insecto

un hipnotismo un eclipse.

 

Por qué escribir poesía,

no siento que las artes devuelvan nada.

 

Por qué escribir poesía

Por las nubes los otoños y los parques

o el agua de los charcos

manchando algún recuerdo.

 

Por qué escribir poesía.

Son tan sólo versos

hamacándose en la hoja

entregándose al viento.

 

Por qué escribir poesía

si la llama  la chispa y la rima

encierran ante sí sus razones

y el cartel luminoso entraña un secreto.

Por qué escribir poesía,

por qué no mejor guardar el misterio

del confín oculto del alma

de la prisión sin paredes ni barras.

 

Por qué escribir poesía

sin la sutileza de los sabios

ni la gravedad de los ciegos.

 

Por qué escribir poesía

doblegado en las alturas

atascado en los llanos

corriendo en la niebla.

 

Por qué escribir poesía

y discúlpenme que insista:

reniego a mirarme en el espejo.

 

Por qué escribir poesía

y recordar lo que se fue

y adorar lo que no es

y denigrar lo que siente.

 

Por qué llenar un cuaderno de dudas perennes

y acariciarlas en el susurro

hasta casi verlas sonreír.

 

Para qué asombrarse

del misterio de la vida

del crepúsculo de un dolor dormido.

domingo, 27 de septiembre de 2020

La necesidad de morir

Reflexión sobre los prólogos a los libros "Transgénica", de Gabby De Cicco, y "La Desobediencia", de Claudia Masin. 

Voy a intentar seguir la falsa convicción de escribir con libertad. Los prólogos me dejaron circulando una energía, una resignación que a lo mejor posibilite un tránsito perpetuo. Hay entre escritoras y lectorxs un tendido, un puente pero en el sentido eléctrico. Me urge expresar una soledad narcisista, hablar del puente individual. De la conexión única y no casual. Del ruido, de las interferencias.  Desde mi punto de vista, y no porque mi punto de vista sea el indicado, sino porque definitivamente no lo es. Soy varón cis, heterosexual, blanco y con acceso a una vida pequeño burguesa. Soy normal, qué asco, con lo que detesto esa palabra. Pero sería hipócrita pretender hablar desde otra perspectiva, porque nunca compartí ni comprenderé un dolor semejante del que se nutren les autorxs de los libros prologados.

No quiero que me malinterpreten. Puedo comprender el dolor desde una racionalidad apenas teñida por experiencias renuentes a aceptar las presiones machistas que, sin punto de comparación, me provocaron cierto sufrimiento. Era un no hallarme pero desde un lugar de soledad que se conformaba mal con la recompensa de sentirme mejor que otros. Aun así, me crié disfrutando de todos los privilegios que mi condición socio-identitaria podía brindarme.

Esa limitación empírica y empática no anula la enorme carga y potencia de la poesía adelantada que sigue circulando por mis venas y todavía me pone en la necesidad de expresar algunas cosas. En ambos prólogos la poesía es un vehículo de metamorfosis y un salvoconducto de libertad. La desobediencia constante a lo preestablecido. La voz que resuena rompiéndole los tímpanos a la indiferencia. Aire. La fuente de oxígeno de voces resquebrajadas que han encontrado un espejo benevolente. La poesía es disruptiva por incierta. Es la incertidumbre lo que enamora, le oí cantar a Dolina, y también se me ocurre, lo que conmueve, lo que moviliza, lo que atemoriza.

Una salvedad. Claudia Masín dice anticipando Transgénica: “Y sin embargo, sin embargo Gabby De Cicco lanza el conjuro, lanza el mantra con el que termina el libro, lo lanza a donde sea que llegue, porque las palabras siguen teniendo el poder de cambiarlo todo, porque siempre habrá un resquicio de libertad y de desacato por donde puedan escapar de la malla de acero que las cerca, la misma que a todes nos comprime el cuerpo, particularmente a quienes no encajamos, no encajaremos nunca en molde alguno.” Aunque las palabras sean aire, fuente de vida, escape de las cadenas, no lo cambian todo. Las palabras son humanas, no son omnipotentes. Creer que lo cambian todo, es un grave error, es inventar  el dogma, es vitalizar el martirio. El esclavismo fue un sistema humano también, contrariamente a lo que suele pensarse y decirse: llamarlo inhumano fue uno de los pasos (y ciertamente no el más decisivo) para abolirlo. Me apuro a decir que hablo solo del esclavismo, no de la esclavitud, cuchillo que aún tiene muchísimo filo.

Podríamos decir que el capitalismo es inhumano, o mejor dicho deshumanizante, cosificador, patriarcal, machista, destructor de la naturaleza y muchas otras, que seguirá allí pese a que le insultemos toda la verdad: perro que ladra no muerde. No obstante decir es hacer. Allí donde están el mercado, la propiedad privada y el individualismo (la Santísima Trinidad vigente) diciendo objeto responde el lenguaje diciendo humano, y en ese conflicto se juegan nuestras cortas vidas. La poesía nos impulsa un hacer que eventualmente encontraremos cómo decir que lo hicimos.

Los femicidios, los travesticidios, el odio normalizador, la exclusión, siguen allí. Qué explote. Sin duda, que explote todo como dice Gabby de Cicco. Pero no todes lograrán beber el antídoto. La “Utopía” de Moro pasó inadvertida por siglos, hasta tener una connotación revolucionaria. La lectura, el momento de la recepción condiciona ese lenguaje que al calor social se vuelve plasma.

Toda estructura de poder también es una estructura simbólica. Les sujetxs estamos encubiertos en esa estructura, pero a costa de volvernos invisibles. Yo soy un hombre más, parte de la ponzoña opresora. ¿Por qué sería más venenoso que otra u otre salga a asesinar hombres, ese vocablo cargado de cadenas desafiadas? Podrían matarme a mí. ¿Y qué más da? ¿Qué importancia tengo yo en los ataques físicos a los universos simbólicos, o más aún, a la justicia simbólica? Ninguna. 

Pienso que la enorme mayoría de mi capital autoritario (probablemente el de la mayoría) está compuesto por hombres. Por esa categoría tan sesgada a cuya contraparte mujer  desobedece Claudia Masin. Pero no salí indemne de esto y siento la necesidad de morir.

 Por lo menos me llevo la sospecha confirmada de que “todos mis hombres” no valieron ni valen tanto. La convicción de que siempre estuvimos y estaremos en el mismo lodo, todos manoseaos, y que esta poesía que fue hecha para poder beberse el veneno debe envenenarme (debe envenenarnos), debe destrozar cada ápice de orgullo, debe matarme para allanarles el camino.

Román Armas.  

jueves, 21 de marzo de 2019

Londres

Londres esgrime su cielo tímido al visitante que sin quererlo se inmiscuye en su universo.
Londres enseña sus lágrimas o el gris opaco de la realidad ...no es hostil ni severa, solo es ordenada (adjetivo terrible). Las cosas funcionan de un modo y no encontrarás un  rumbo distinto sin naufragar.  
O te adaptas a sus reglas o estarás solo y culpable de atentar contra la reina y su sabiduría. Si hasta la miseria está ordenada y el desahuciado espera en silencio hanging on a quiet desperation, que el pretendido erudito confirme la teoría de Darwin.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Otro poema

Nube
Esa bola naranja enterrándose en el horizonte
arropada por una estampida de gacelas
o de lobos hambrientos.
Los tendidos visten la tierra de civilización
y creen olvidar lo salvaje
que permanece detrás de todo
de la luna pisada
de los campos sembrados
debajo de la alfombra humana
cuyos retazos mal pegados
han hecho la historia.
Brillos del tiempo
que no sabe lo que es
surcan el cielo al compás del viento
entre cuchillas y garras
de ilusiones etéreas
y lenguas de fuego
y tristezas violáceas,
cada vez más convencido
de que uno ya es todo
e infinitamente nada
y que lo inhóspito invade
el camino del solitario
que busca incansable lo que no hay
y acaso halla el amor.
                                                     Román Armas

martes, 31 de octubre de 2017

Poemas









Destinos

De regreso al infinito

A la nada que se expande

En un arcoiris de grises

Destellos dibujados

El tiempo tan indiferente

Al sol que se quema

A la vida que se apaga

Al relámpago que nace

Y te atraviesa como el amor

Los sueños de generaciones

Cómodamente adormecidos

Nada, un charco más en el olvido

La excusa de un llanto perecedero

Que anida las pupilas empobrecidas

De anhelos ausentes del mercado

Y la vida, misterio indescifrable

Juega al destino barato

Al propósito de estar porque sí

Y como un niño impaciente preguntar

mientras la arena pasa en apariencia infinita

por el cuello frío del vil reloj

esperando el brote de la próxima sonrisa

que lo olvide.



Viaje

Leve el viaje que destaja la muerte y remueve

las esporas del deseo. 

Un vuelo disperso de avispa en la pradera,

Intuye la inquieta

Canción libre del poeta.

La sombra espera su turno

Confiada y resentida de las burlas del hombre,

El amor sin tiempo,

un espacio inconmensurable de palabras y de espinas

que nos visten el camino.

Un rincón

De pequeños universos apretujados y dispuestos

a morir su eternidad entre caricias de la vida.

La delicia de no saber el trazo de nuestra parábola,

La dicha y el pesar del conocimiento de las cosas

la aterradora pequeñez de nuestra suerte embriagada de sueños,

de cuerpos ensamblados en la noche,

De manos dispuestas a andar el camino

de miradas fusionadas que eclipsan los finales.




martes, 15 de agosto de 2017

Hacha

Esa ambición gordiana fluyendo en las venas
 ese dominio del corredor de Maratón 
esa renuncia a la renuncia de todo
abrir los pulmones y expulsar un huracán
sin nombre de mujer
 y matar nombres sin piedad
 sin culpa
Poseso en el éxtasis
 librado a un hacha sin filo
 que hiere la madera expiatoria e inocente
 mímesis de un sueño realizado
 y una paz tan dueña de mi piel...
Los pensamientos libres como el aire
 tan oscuros y voraces,
 almas en pena absueltas, absurdas
 un hacha para cortar cadenas enredadas
un fuego para exorcisar fantasmas
 un sortilegio de bienestar. 

viernes, 7 de julio de 2017

Ira

Lejos del centro de la ira
la tenue voz sacude un instante
de paz afligida y susurra
miedos acallados.

Dibujos de nervioso trazo
pasmados por su origen
de silueta sombría y nula nitidez.

Un ruego de tarde cansada con
Pájaros volviendo a sus nidos
Como recuerdos a la memoria.

Lejos del centro de la ira el aroma
a hogar de madera a sueños armónicos
de impúdica inocencia

El tiempo etéreo erróneo
en horas  de pantallas de ficción,
de lobos jugando con corderos
y la soledad fatal de luna de cuarto.

En el sueño el agua cubriendo todo
y las voces, tantas, diferentes
fuera del mundo acuoso repican
como campanas de una iglesia olvidada.

Y en el olvido en el fondo
En la justa que derriba ídolos de barro
tallo palabras de una piedra que tiembla
en el centro de la ira.